Proceso de
formación jesuita
El proceso de formación jesuita sigue las mismas etapas de crecimiento que llevó San Ignacio de Loyola. El tiempo total es de 12-14 años, varía dependiendo de la edad, preparación y desarrollo del candidato.
1. Candidato
El proceso del candidato ofrece al joven herramientas de recuperación de su propia vida a la luz de la inquietud vocacional, por medio del acompañamiento, de talleres y encuentros que amplíen su conocimiento de la Compañía de Jesús, y construyan los cimientos para un discernimiento más claro y profundo. Esta etapa va de 6 a 12 meses previos a comenzar el prenoviciado.
2. Prenoviciado
El prenoviciado es una etapa de un año, donde el prenovicio colabora, vive y trabaja en una comunidad de la Compañía de Jesús. El objetivo de este tiempo es que el joven que quiere ser jesuita conozca más de nosotros, y que nosotros podamos conocerle mejor para ayudarle a discernir su posible ingreso al noviciado.
3. Noviciado
dos años, el novicio se dedica completamente a discernir y confirmar la vocación a la Compañía de Jesús. En esta experiencia, sencilla pero muy profunda, se conoce y apropia el carisma jesuítico, por medio de la oración, estudio, apostolado y vida en comunidad desde la íntima relación con Jesús. Al terminar el noviciado se profesan votos perpetuos de Pobreza, Castidad y Obediencia ante Jesús Eucaristía. Durante
Nos comprometemos hasta la muerte con los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, para poder estar totalmente unidos con Cristo y participar de su propia libertad de estar al servicio de cuantos nos necesitan.
Los votos, atándonos, nos hacen libres:
Libres, por el voto
de pobreza:
Para compartir la vida de los pobres y para usar cualesquiera recursos que podamos tener, no para nuestra propia seguridad y confort, sino para el servicio ajeno.
Libres, por el voto
de castidad:
Para ser hombre de los demás, en amistad y comunión. Con todos, pero especialmente con aquellos que comparten nuestra misión de servicio.
Libres, por el voto
de obediencia:
Para responder a la llamada de Cristo y para seguir la dirección de nuestros superiores, especialmente de nuestro P. General, que tiene toda autoridad sobre nosotros
ad aedificationem.
D. 2 El jesuita hoy, C.G. 32
4. Filosofado
2-4 años). En esta etapa de formación posterior a los votos, se pretende cimentar en los escolares y hermanos jesuitas el dinamismo de crecimiento integral en el cuerpo apostólico de la Compañía, a través del estudio de la Filosofía y las Ciencias Sociales como primer misión, así como una vida apostólica, espiritual y comunitaria que abonen a su proceso formativo (
5. Magisterio
Los jesuitas son enviados durante aproximádamente 2 años a servir de tiempo completo a cualquier obra apostólica de la Compañía de Jesús. El destino de “magisterio” puede ser en parroquias urbanas o rurales, en misiones indígenas, colegios, universidades o acompañando a jóvenes. Aquí, el jesuita en formación pone sus dones al servicio de una misión compartida con jesuitas, laicos y laicas en la construcción de un mundo esperanzador.
6. Teología
Después del periodo de magisterio, el jesuita recibe la misión de continuar con su formación estudiando Teología (3-4 años). Esta segunda etapa formativa tiene como objetivo lograr que el jesuita pueda ver la realidad desde la fe, a partir de la reflexión sobre la experiencia del ser humano en su relación con Dios, y sobre el misterio divino revelado en Cristo, manifestado en la Sagrada Escritura, la Tradición, el Magisterio y la vida de la Iglesia.
Si bien en un principio la mayoría entran a la compañía como "indiferentes" entre la ordenación sacerdotal y el llamado a ser hermanos, todos toman una decisión en un punto de su formación, conforme al llamado interno que Dios establece en su corazón. Ambos hacen la profesión de votos, siguiendo los consejos evangélicos y participan en la misión apostólica de la Compañía.
Hermanos
Los hermanos siguen la llamada del Señor a seguirlo en la radicalidad evangélica de la vida religiosa; participan en todas las expresiones de la misión jesuita que no requieren la ordenación sacerdotal, involucrándose en puestos de mayor relieve (dirección, administración) o en aquellos más humildes y sencillos (cocina, portería, construcción, etc. ).
Sacerdotes
El ministerio de los sacerdotes en la Compañía ha adoptado muchas formas a lo largo de la historia: ministerios tradicionalmente sacerdotales como la predicación, confesiones, dirección espiritual, sacramentos, pero también actividades más seculares como la enseñanza, investigación, medicina, diplomacia, trabajo en fábricas, etc. Al igual que los Hermanos, son interpelados por el llamado a seguir la radicalidad evangélica.
3a Probación
Una etapa generalmente de 9 meses donde el jesuita vuelve a revisar y estudiar los documentos fundacionales de la Compañía, para terminar de identificarse y afianzarse en el espíritu de la orden. Se vuelven a realizar los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, para que el Señor vaya hablando y guiando en el silencio. Se prepara un camino de estudio, trabajo apostólico y refuerzo espiritual.