Francisco Xavier Clavigero nació el 6 de septiembre de 1731 en la ciudad de Veracruz. Vivió en diversos sitios de la Nueva España (Veracruz, Puebla, Oaxaca) y desde chico su padre nutrió el interés De Francisco por la historia, geografÃa y teologÃa.
Francisco trató a los indÃgenas desde Teziutlán y aún más en Xamiltepec. Se empapó de sus costumbres, naturaleza, tierras. Se integró a su vida, paseos, relación con la naturaleza.
Esta etapa pasó a formar parte importante de su formación para escribir sus libros. En ellos describe a las hormigas, la cochinilla, las ceibas, y demás flora y fauna de la región.
Prosiguió a estudiar letras en México y cursó filosofÃa y teologÃa que fueron despertando su interés. A la par, leyó a Quevedo, Cervantes, Sor Juana Inés de la Cruz y más historiadores, novelistas y poetas que marcaron su aprender.
En 1747 Francisco se retiró a una Casa de Ejercicios a realizar los ejercicios espirituales de San Ignacio. Ahà tomó la decisión de ingresar al noviciado de Tepotzotlán.
En su carrera sacerdotal aprendió latÃn, griego, hebreo, francés, portugués, italiano, alemán e inglés. Además de que ya tenÃa nociones de otros dialectos de México incluyendo el mixteco.
Antes de que los jesuitas fueran deportados de México, Francisco estuvo en el Colegio de San Gregorio (CDMX) enseñando a los indÃgenas que atendÃan los jesuitas. Luego lo llevaron al Colegio de San Javier de Puebla, y luego en Valladolid y también Guadalajara. Francisco murió en Italia donde terminó de redactar sus obras.
Su ideal fue lograr que se reconociera la dignidad de los indÃgenas mexicanos tanto en Europa como en México. Él refutó a quienes decÃan que los indÃgenas eran como bestias, degradados, sin memoria o capacidad para reflexionar.
Fuentes:
Historia de la Iglesia en México, AgustÃn Churruca Peláez, S.J.
Francisco Xavier Clavijero, S.J., AgustÃn Churruca Peláez, S.J.