Entrevista a Jesús Manuel Roa Sánchez, originario de Mexicali Baja California, 32 años de edad. Es Jesuita en formación, actualmente se encuentra en el segundo año de la etapa de Magisterio, en la Selva Lacandona de Chiapas, México.
La entrevista ha sido ligeramente editada para acoplarse más al formato escrito.
Manuel, ¿qué hacías antes de entrar a la Compañía de Jesús?
Bueno, antes de ser Jesuita, antes de entrar a la Compañía de Jesús, yo estudiaba en un seminario diosesano, en el seminario diosesano de México. Es decir, estuve en la formación para ser sacerdote diosesano. Fue un proceso largo de estar viendo si me veía como sacerdote diosesano en mi ciudad originaria y de cuestionar, de discernir - con la ayuda y acompañamiento de los padres diocesanos, los padres formadores del seminario.
Primero fue darme cuenta que sí me sentía llamado a una vida de entrega, a una vida de seguimiento radical a Jesús, de ayudarle a construir el Reino de Dios. Luego, darme cuenta que no era por el camino diocesano. Fue un episodio importante de mi vida, sobre todo cuando hice ejercicios espirituales, ahí me di cuenta que podría ser como Jesuita, como religioso.
Manuel, ¿qué le dirías a alguien que quiere ser Jesuita, a un joven que quiere ser Jesuita?
Bueno, a un joven que quisiera ser Jesuita, yo lo invitaría primero a ser sincero consigo mismo; a ser muy transparente con su historia, muy transparente ante la voz de Dios. Él es el que llama, Él es el que busca, el que nos llama. Ser muy sinceros con nosotros mismos, con nuestra historia, darnos cuenta qué es lo que nos apasiona, qué es lo que atrapa a nuestro corazón y confiar en ese Dios que nos busca y nos llama a estar con Él y a construir su Reino en el mundo; sí de adversidad, de incertidumbre, de muchas y distintas crisis que vivimos.
Pero hay algo que nos mueve a hacer algo, y que emociona, que deja también gozo en el corazón.
Porque además es la construcción de un reino, pues nunca solos, ¿verdad?
Yo eso le diría un joven: a ser sincero consigo mismo, escuchar el corazón y confiar en este Dios que nos invita a salir y a construir.
Para ti, ¿cuál es la misión de la Compañía de Jesús con los empobrecidos?
Para mí es estar también con las personas más vulnerables, las personas que están en las fronteras, en los márgenes de la historia. Estar acompañándolas, escucharlas y estar escuchando la voz del Espíritu para saber responder a las necesidades.
Ahí con las personas más vulnerables, qué es lo que sí podemos hacer y hacerlo de la mejor manera posible. Estar con ellas y estar atentos a la voz del Espíritu que habla ahí también en el pueblo, en el pueblo de Dios. Una escucha atenta al Espíritu y una preparación también profesional y apostólica para intervenir en esas realidades, pero acompañando desde el corazón.
Y para ti, ¿quién es Jesús?
Para mí, Jesús es el amigo fiel, el amigo que me ha acompañado en la historia de vida, el que me acompaña. Aunque a mí se me olvide, es aquel que se ha hecho presente, primero en mi historia; y que se me sigue haciendo presente en lo ordinario, en lo sencillo, en las cosas que a veces pasan desapercibidas para mí, pero que ahí está, invitándome a un ritmo de vida distinto al que a veces yo pienso o a veces busco controlar.
Ese Dios que se hace presente también en su pueblo, sobre todo su pueblo crucificado, en los que más sufren, en los más vulnerables. Es el Jesús que está ahí también, invitándome a que lo acompañe, a que lo consuele en rostros concretos. Y el que me sorprende, sí, el que siempre me lleva por caminos inesperados y el que está ahí, siempre invitándome a más.
En una sola palabra, ¿qué es para ti, ser Jesuita?
Para mí ser Jesuita, en una sola palabra, es pasión.
Y por último, ¿por qué son importantes los estudios en la Compañía de Jesús?
Bueno, la preparación académica, los estudios son indispensables, sobre todo porque primero nos ayudan a entrar en una dinámica de crisis personal, de darnos cuenta que las cosas no son como las pensamos y nos invitan a profundizar, a ir más allá de lo aparente, a cuestionar, a comenzar a re-significar las cosas. Sobre todo, para mí en el magisterio, de profundizar en la experiencia, de cercanía con el pueblo.
Nos da una actitud de búsqueda, de cuestionamiento, de cuestionar, buscar y pensar junto a otros hermanos jesuitas. Búsqueda, ¿qué podemos hacer, qué podemos proponer? Los estudios nos preparan para esta actitud crítica y propositiva, que se vinculan también con nuestra experiencia espiritual desde la esperanza, desde la fe. ¿Qué podemos proponer? ¿Qué podemos hacer? En un mundo en el que parece que ya no hay camino, ya no hay esperanza, los estudios precisamente nos ayudan para situarnos, situarnos ante esta realidad, que también es esperanzadora.
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